Las nubes pasan mirándose en las lagunas de Villouso, y las cabras resabidas caminan como centellas sobre los canchales de piedra, bajo Cuerno Maldito, mientras los rifles las acechan bajo la pasmada luz del amanecer.
Las nubes pasan mirándose en las lagunas de Villouso, y las cabras resabidas caminan como centellas sobre los canchales de piedra, bajo Cuerno Maldito, mientras los rifles las acechan bajo la pasmada luz del amanecer.
El cielo con las nubes como almohada y las montañas mordiéndose entre las encinas y las jaras, sólo las amapolas danzando con el viento intentan acariciar el cielo con sus labios rojos por estos rincones olvidados.