lunes, 21 de febrero de 2022

PLAZA MAYOR. FIESTAS DEL CRISTO


 Dos gigantes con tortícolis, un cabezudo correteando, un dulzainero,tres monaguillos precedían a la procesión del Cristo de la Esperanza, una señora con pañoleta con su cirio amurallando la llama con un cortavientos, y al fondo parece el público como de relleno bajo la sombra de los dos árboles que hacían de centinelas a las puertas del ayuntamiento.

martes, 15 de febrero de 2022

viernes, 11 de febrero de 2022

PLAZA MAYOR


 

Los coches aparcados a granel buscando casi el refugio de los soportales. Un camión  cargado cuyo motor no paraba de estornudar, el coche de línea enfrente, casi haciendo de punto de mira de la casa del Pino. La plaza estaba empapada y el empedrado que daba acceso a la misma a punto de coger un resfriado, mientras el pino del fondo exhibía su penumbra entre la oscuridad meteorológica del día. 

miércoles, 9 de febrero de 2022

PLAZA MAYOR. ENTIERRO DE LA SARDINA



No fue necesario hacerle una cesárea a las nubes para que la lluvia acompañase aquel entierro de la sardina, el pueblo no necesitaba ni premios ni enjuagues para participar del carnaval, luego vendrían la cuaresma y las procesiones, y la rutina que no detiene el tiempo por mucho que te esfuerces en hacer la manicura a la navaja en la cuesta de Zamora. 
 

martes, 8 de febrero de 2022

PLAZA MAYOR. PROCESIÓN DEL SILENCIO


Procesión del Silencio




 

EL GATO


Mimetizado con la fachada sale de su refugio a contemplar a los vendedores de humo que se acercan por estas fechas de campaña electoral al mundo rural, con sus milongas de siempre, para aderezar con su corte de los milagros la resurrección de un mundo que ellos mismos se encargaron de aniquilar, y, cuando los escuchas parecen conocer toda la sintomatología, pero nunca sabrán aplicar un diagnóstico, por eso terminaran véndiendote una desfibriladora para el insomnio de las berzas.   
 

lunes, 7 de febrero de 2022

PLAZA MAYOR


Aquellos coches que cuando se sentían indispuestos podían arreglarse con un alambre y si empezaban a cojear siempre había un grupo dispuesto para dar un empujón. Con el paso de los años los aparcamientos en batería se convirtieron en terrazas y las normas subsidiarias expulsaron el amancebamiento de las tejas con la pizarra en los tejados, mientras en los campos de centeno de las Tres Campanas extendían sus dominios las zarzas y las xestas.



 

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