viernes, 6 de mayo de 2016

LOS CHICOS DEL OTRO LAO



Sin teloneros, el repertorio no necesitaba partitura. Lo que cuenta es la espontaneidad, la vieja música, el sonido real, en el que se palpa el ritmo, sin bafles ni otras zarandajas. Era una música con encanto en una época de penumbra. Pepe con la guitarra, Chano con el violín, Paco con la bandolina y Serrano con el laúd, desgranaban las emociones y alguna voz cascada acompañaba al cuarteto, en aquellas noches del bar Peña en que agonizaba un tiempo y la sombra del barrio de los Tejedores todavía llegaba hasta el río.


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