También existían inauguraciones cuando no había elecciones. Transcurría el año cincuenta y tantos del pasado siglo, y era entonces alcalde de Villafranca D. Alberto Ledo,y al barrio de los Tejedores que colgado sobre la montaña miraba de reojo al río Burbia, los vecinos ascendían a sus casas pisando piedra sobre piedra, y a la mitad de la empinada cuesta se sumergía por un canal de piedra el agua que utilizaban el convento de la Concepción y que se recogía en un azud en el camino de Trevijano, en el pozo conocido popularmente como de las monjas . Pasaron los años y otro alcalde sepultó los escalones y el olvido y el abandono fue creciendo entre uno de los barrios más característicos y emblemáticos de Villafranca.
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