Por el humo se sabe dónde está el fuego. Y, un año más Vitólo con su mandilón va dándole vueltas a las sardinas, mientras otros le dan vueltas a la paciencia abrazando el casco de cerveza entre las manos y contemplan los chorizos en el fuego como un análgesico, y olvidan el refrán "Que fame que espera fartura non é fame". Entretanto el humo de la leña se mezclaba con la fragancia de los árboles dónde los pájaros debaten sobre la inmortalidad de los dioses.