Los frutales florecidos se bañan con los últimos rayos de sol al caer la tarde y como cazadores furtivos disparamos la cámara del móvil para plasmar ese instante indescifrable de la belleza. Esta es la tierra que lucha contra el abandono pero que sus gritos no se escuchan mas lejos de las lindes y se pierden en el recodo del camino, tal vez alguien vendrá y rescatará estos campos del otro lado del olvido.
