Después de un año de haberse hecho el electroencefalograma con el lifting incluido al puente de Villafranca, se inauguraba la gran chapuza a bombo y platillo por el delegado territorial de la Junta de Castilla y León y por la señora alcaldesa, que proclamó ante los medios de comunicación presentes que el puente había quedado "precioso y genial", por desgracia seguimos padeciendo día a día los errores cometidos. No dejaron desde entonces los autobuses de dar besos a las protecciones del puente, o quedar bloqueados literalmente, o algún camión articulado dejar el eje trasero clavado sobre las protecciones. En la última nevada hemos visto como la maquina quitanieves por muchas vueltas que daba a la cuchilla de un lado o para otro no lograba cruzarse con el autobús, que permanecía inmóvil ante el semáforo precioso y genial instalado en la mitad del puente. Lógicamente contraviniendo todas las normas del tráfico el autobús dio marcha atrás de una forma preciosa y genial. Que Dios nos coja confesados y haber si en vez de tener tantos pájaros en la cabeza aplicamos más el sentido común.
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