jueves, 30 de abril de 2015

LOS MAYOS



De viva voz, y sin aderezos musicales, cantábamos el mayo en mi infancia los chicos del "Otro lao", o de la Cábila, como es conocido el barrio que está al otro lado del puente en Villafranca.
Dábamos comienzo la ceremonia vistiéndonos uno de nosotros de mayo, con ramas de sabugueiro, al lado de la casa de Patatones, íbamos colocando ramas y con una cuerda de pita las sujetábamos  sobre el cuerpo del compañero que hacía de mayo, mientras la sabia del saúco se esparcía entre nuestros dedos y el olor a superstición flotaba en el aire.
Seguramente entonces, empezábamos a tatarear la canción del mayo, que con sus versos rotos ha pasado de generación en generación gracias a la gente sencilla, que año tras año ha visto la claridad después del invierno.
Marzo airoso, abril chuvinoso
sacan a mayo, florido y hermoso.
Entra mayo con sus flores
sale abril con sus amores.
Este mayo señora é
este mayo que andaba de pé.
Tire castañas señora María
tire castañas que as ten na cociña.
Tire castañas señora Manuela
tire castañas que as ten na cazuela.
Si después de la acción petitoria, se recibe algo a cambio, o no llega a recibirse nada, las estrofas que siguen pueden ser de halago o de desprecio.
Estas puertas son de hierro
donde vive un caballero.
Esta casa es de cristal
donde vive un general.
Si no recibíamos nada:
Esta casa es de losa
donde vive una rañosa.
De cuando en cuando acostábamos el mayo.....
Levántate mayo bastante dormiche
pasou un burro e non o sentiche.
Cuando el mego en el que íbamos recolectando, las castañas, los caramelos y las menguadas pesetas  empezaba a ir con el culo tapado, y al mismo tiempo los tallos que cubrían el mayo empezaban a desparramarse, lo dábamos por terminado, y acto seguido procedíamos al reparto de lo recolectado, todos a partes iguales, y, una parte más para el que se había vestido de mayo.


                              




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