martes, 28 de octubre de 2014

El semáforo del pánico.

En estos días en que las obras del proyecto “SEGURIDAD VIAL ADECUACIÓN PUENTE SOBRE EL RIO BURBIA EN VILLAFRANCA DEL BIERZO, CARRETERA LE-713”, promovido por la Junta de C. y L, se ejecutan sustituyendo la barandilla, la rumorología popular nos mete el miedo en el cuerpo, con el comentario de que se va a colocar un semáforo en medio del viaducto, sentido hacia el puente, por decisión del concejal de obras de este ayuntamiento. “Cuando el río suena, agua lleva”, por lo que no podemos hacer oídos sordos ante semejante disparate. Tan desacertada ocurrencia no puede pasar desapercibida puesto que tiene unas implicaciones demasiado serias. Parece ser que el proyecto contempla una regulación semafórica a las entradas de viaducto y puente, lo cual nos guste o no, descargaría el tráfico de estas estructuras, que es lo razonable y práctica habitual, cuando no existe otra alternativa de paso y el envejecimiento del viaducto genera problemas. Otro asunto son los perjuicios e inconvenientes que causarían los semáforos, en la circulación interna y problemas de aparcamiento de esta villa, asunto ya de por si complicado.
Mirando los antecedentes, a mediados de 2011 se hicieron obras en el viaducto, que consistieron en un recrecido de hormigón en los andenes para habilitar aceras, colocación de una nueva barandilla con barrera de contención y extensión de una nueva capa asfáltica encima de la existente (tras un ligerísimo fresado de los baches), práctica prohibida, incluso hoy día, en viaductos y puentes actuales. Este aumentó de espesor del firme en todo el ancho del viaducto, incrementó notablemente las cargas estáticas que tiene que soportar, respecto a las utilizadas en el cálculo de su diseño
Por otro lado el 15 de noviembre de 2012 publicaba el Diario de León, el inicio de las labores de lo que llamaba reparación de la pilastra central de mampostería del viaducto, promovidas por la Junta, diciendo que tras más de un siglo de vida sus pilares (antes había sido la inestabilidad de su tablero) comenzaban a resentirse. Llevaba tiempo resquebrajándose según explicó entonces al periódico el concejal de Urbanismo de Villafranca, Marcos Fernández, y su interior se había convertido en una suerte de selva. Agradecía este que la obra fuera de urgencia, porque el estado era pésimo y constituía un peligro. Se esperaba así que el tráfico fuera más seguro.
Por lo anterior, resulta aberrante, la idea descerebrada de colocar un semáforo y retener vehículos justamente encima de dicha pila estribo (que además debe soportar un tablero de más peso, como se explicó anteriormente), si finalmente se lleva acabo, y se confirman los rumores.
No alcanzo a pensar cómo se puede llevar a cabo la pertinente modificación del proyecto para esa ubicación del semáforo, ¿la firma el concejal?, ¿se hace responsable de todo lo que suponga dicha modificación, descargando de responsabilidad al promotor, autor del proyecto, director de obra y empresa adjudicataria? Si no es así ¿cómo estos últimos pueden aceptarlo?
Me dice Santiago (autor de este blog, al que agradezco dejarme escribir en él), que conductores de vehículos pesados, confiesan su miedo a circular por el viaducto y por precaución pasan por el centro del mismo. A mí, también me consta, que existe desconfianza. Pero si el concejal es un aventajado en esto de la obra pública y docto en la materia y se ha calculado todos los esfuerzos que debe soportar el viaducto, por el incremento de las cargas, tanto estáticas como dinámicas del tráfico actual, y lo ha contrastado con las premisas del cálculo realizado por el ingeniero de caminos Manuel Diz Bercedóniz, redactor del proyecto, comprobando que todas las secciones resisten sin problema, tanto el forjado del tablero, andenes, vigas, palizadas y cimientos, teniendo en cuenta también el estado actual de deterioro de todos estos elementos, aun así estaría justificada la desconfianza, y como la realidad es diametralmente opuesta, no deberíamos tener miedo, sino pánico, el que da título a este escrito.


Circulación de vehículo pesado. Se aprecia la pila estribo reparada, con el desafortunado azulado de sus riostras metálicas.



Manuel Martínez Rodríguez

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