COMENTARIOS
SOBRE EL HONGO PATÓGENO Seiridiumcardinale(Wag.)
Sutt.
&Gibbs.
1.-
POSICIÓN SISTEMATICA.- El hongo patógeno
DeuteromicetoMelanconial,
Seiridiumcardinale, fue descrito por
WAGENER (1939), con el nombre de Coryneumcardinale
y
dado que su
ciclo biológico es en parte desconocido, se
incluyó en el grupo
FungiImperfecti.
2.-
PATOLOGÍA.-
El hongo origina la enfermedad llamada “cáncer del
ciprés”, que
debido a su gravedad y a su facilidad de expansión viene
destruyendo en
las últimas décadas, tanto en Europa como en otros
países, desde
viveros a setos, incluyendo ejemplares añosos de indudable
valor histórico
y folklórico como el ciprés del Monasterio de “La
Anunciada” en
Villafranca del Bierzo,( León- España). Desgraciadamente el
ataque muy
difícil de erradicar se extiende a muchos géneros de la familia
Cupresáceas,
como Chamaecyparis,
Juniperus, Thuja, aunque desde luego
su mayor
virulencia se centra en el gen. Cupressus y sobre todo en
Cupressussempervirens.
3.-
DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LA ENFERMEDAD.- Se identificó
primeramente en
California por WEGENER (1928), en Nueva Zelanda por
BIRCH (1933) y
posteriormente en Europa, describiéndose en Francia por
BERTHELET et
VINOT (1944) y en Italia por GRASSO (1951). En el
transcurso de
los años se ha constatado su presencia en Argentina, norte y
sur de África y
Australia. En Europa puede decirse que sus mayores
ataques han sido
en el Reino Unido, Irlanda, Alemania, Austria, Rusia,
Yugoeslavia,
Croacia, Malta y Portugal. Naturalmente España no se libró
de la
enfermedad, siendo detectada por TORRES JUAN, J. (1969) para los
cipreses de
Madrid y su provincia.
4.-
INCIDENCIAS DE LA ENFERMEDAD EN ESPAÑA.- En un principio se
pensó
equivocadamente, que la enfermedad estaba localizada en las
regiones
centrales de la península, todo lo contrario, pues más tarde se
vio que tenía
más incidencia en las zonas costeras, sobre todo del norte y
del oeste y en
menor proporción del suroeste (Huelva), MUÑÓZ &
RUPEREZ (1980)
realizaron un estudio completísimo de los principales
factores,
bióticos y abióticos así como los medios de control que inciden
en el deterioro
del árbol al aparecer zonas con mayor virulencia de la
enfermedad. En
los últimos años se han efectuado muestreos en las zonas
atacadas,
apreciándose que su incidencia es menor en la zona
mediterránea,
Andalucía Oriental y submeseta sur. Los mayores daños se
registran en la
submeseta norte, cornisa cantábrica y Galicia.
5.-
ALGUNOS FACTORES ABIÓTICOS Y BIÓTICOS QUE AFECTAN AL
CupressussempervirensL.
Según el prof. RUÍZ
DE LA TORRE, J. (2006) el ciprés mediterráneo, aparece
en norte de
Irán, Kurdistán, Anatolia, Líbano, Israel, Chipre, Creta, islas del
Egeo, sur de
Grecia, Cirenaica, Túnez y Marruecos. Su área actual es muy
reducida,
fragmentada y formada por poblaciones relícticas disyuntas
muy alejadas
entre sí, como consecuencia de los aprovechamientos
abusivos de
madera que ha tenido este árbol desde la antigüedad (flota
de Alejandro por
el Eúfrates), dando al traste con área tan extensa.
Si comentamos su
área de distribución, es para constatar que el
temperamento y
los requerimientos estacionales del ciprés se identifican
con los climas
semiáridos. Esto quiere decir que vive bien con 250
mm./año de
precipitaciones, aunque puede tolerar los 400 mm./año. Al
llegar las
nuevas lluvias las raíces toman agua y la planta entra en
crecimiento
rápidamente, según esto las raíces del ciprés son superficiales
y muy extensas
para aprovechar al máximo el agua de lluvia, además los
estomas se abren
y cierran rápidamente para economizar al máximo el
agua. Por otro
lado el ciprés es relativamente termófilo, tolera el frío
aunque cuando se
llega a -10ºC, no lo resiste de buen grado, por el
contrario los
40º- 45ºC, que se producen frecuentemente en las partes
más calurosas de
su área mediterránea (Córdoba, Badajoz, Écija, etc.) los
tolera
perfectamente.
En resumidas
cuentas, el clima óptimo del ciprés es una gran
luminosidad con
el aire habitualmente seco, tolerando suelos esqueléticos
o agotados. Va
mal en terrenos húmedos, con exceso de riego,
encharcados y
arenosos.
6.-
BIOLOGÍA Y DAÑOS.- Como perteneciente al Ord. Melanconiales la
reproducción
asexual es por picnidios o acérvulos (del lat. Acervulus
diminutivo de
montón), que dan origen a los conidios o esporas.
Morfológicamente
aparecen como un conjunto de conidióforos aseptados
(hifas
formadoras de conidios), y localizados en una superficie cóncava
del micelio del
hongo dando un aspecto almohadillado. Cuando el hongo
se localiza como
parásito de un vegetal vascular, aparece por debajo de la
epidermis
vegetal, dando origen a un granulado que revienta cuando las
condiciones
medioambientales al hongo le son favorables rompiendo el
tejido vegetal
epidérmico. Las conidiosporas formadas son aceptadas,
hialinas y con
formas desde globosas a falciformes, que aparecen en el
picnidio o
acérvulo embebidos en un material mucilaginoso que se
disuelve
rápidamente por la lluvia, liberando al exterior una gran cantidad
de esporas
patógenas.
Los daños por la
enfermedad del Seiridiumcardinale, se conocen con
mayor exactitud
a partir de la II Guerra Mundial, al verse afectados
algunos cipreses
en monasterios del norte de Italia. Es importante el
comentario de
los vectores de propagación, uno de los medios de
propagación de la
enfermedad es a través de insectos corticícolas
perforadores,
variables de unas localidades a otras. En España como se ha
comprobado,
fundamentalmente se lleva a efecto por áfidos como
Cupressobiumcupressii(Buck.),
cóccidos como Peryceriapurchesii
(Maskert),
ácaros
como TrisetacuspiniAndré y sobre
todo escolítidos
siendo el mas
frecuente Ploeosinusaubei,
aparte
de algunos pájaros
insectívoros que
profusamente anidan entre sus ramas, lleven las esporas
en el pico y en
las garras prensiles, tampoco hay que olvidar que al haber
gran cantidad de
pulgones, abundan extraordinariamente las hormigas
que favorecen el
cuidado de estos.
Hay que tener en
cuenta que el hongo puede resistir temperaturas
muy bajas, y que
si estas o las precipitaciones no le son favorables llega a
enquistarse
hasta que el régimen de precipitaciones y temperaturas sean
óptimos, así
durante los periodos húmedos (Pm.>500 mm./año) la
esporulación del
hongo es francamente alta, contribuyendo a la mayor
virulencia de la
enfermedad, árboles enfermos, ramas atacadas, restos de
corteza
infectada, etc. En resumen, la enfermedad se transmite por las
esporas en el
viento, por la escorrentía de lluvias y por zoocoros, sobre
todo insectos.
Como ya se ha dicho, la espora del hongo penetra en el
ciprés a través
de las discontinuidades de corteza, pasando a las
traqueidas de la
conífera, una vez dentro del sistema conductor del árbol
la infección es
muy fácil, la espora produce un micelio originando un
taponamiento en
los radios medulares impidiendo la libre circulación de
la savia, lo que
se observa fácilmente por una espectacular sequía de
ramillas y
marchitamiento del árbol. Como es lógico la mayor o menor
receptividad del
huésped depende del vigor vegetativo del árbol.
Las ramas
infectadas presentan inicialmente alrededor del punto
infectado, una
mancha irregular castaño- rojiza, posteriormente negruzca
y con
secreciones de resina. La sintomatología tiene lugar en otoñoinvierno,
iniciando la
explosión de los acérvulos en primavera, los
síntomas desaparecen
en verano quedando como se ha dicho multitud de
ramillas secas y
un ritidoma rugoso. La reacción de la planta se hace bien
patente, bien
por la agresividad patógenas de las esporas o la resistencia
del árbol a las
adversidades; más tarde o más temprano el interior del
ritidoma va
adquiriendo la consistencia de un humor viscoso, con exudado
“rojizo-
cardenal” que dio nombre a la especie.
Poe último hay
que considerar que el hongo tiene una enorme
capacidad
reproductora, originando sobre el ciprés un elevadísimo
número de
centros de infección secundaria.
7.-
CONTROL Y TRATAMIENTOS.- Hay que considerar el enorme poder
patógeno del
hongo, y que la quimioterapia debido a la estructura del
ciprés es muy
difícil, no solo para la penetración de los productos en el
tronco, sino a
través de unas hojas empizarradas muy preparadas para
evitar las fugas
de humedad. Francamente la enfermedad en árboles
adultos
monumentales, es imposible de erradicar aunque eso sí pueden
retrasarse los
procesos y por ello hay que hacer las siguientes
recomendaciones:
7.1.- El ciprés
es una árbol que tolera la termoxericidad como nos lo indica
su área de
distribución natural. Su ubicación en climas húmedos y
templados, si
bien el árbol no los va a rechazar “no está en su sitio”, y por
tanto es
vulnerable. Los hongos por el contrario las condiciones de
humedad y
temperaturas suaves, las toleran perfectamente “sí
están en
su
sitio” y
por tanto cada vez se vuelven más agresivos.
7.2.- Los
tratamientos son ocasionales, lo cual quiere decir que no son
efectivos cuando
se repiten una y otra vez, para la pervivencia de ese
árbol por no
estar en su ecosistema. En todo caso es imprescindible atacar
a los insectos
vectores, evitar la proliferación de picnidios con productos
anticriptogámicos
aplicados en su momento (nunca con la barbaridad de
aplicarlos en
días con lluvia), evitar a ultranza la acción de insectos
corticícolas con
cualquier producto aplicado en el tronco, importantísimo
que vaya
acompañado de algún aficida y por último el más importante:
evitar que el
árbol tenga agresiones externas, como humos, obras en el
suelo,
eliminación de raíces etc. y favoreciendo en todo momento el
vigor vegetativo
del árbol.
7.3.- Deberán
eliminarse drásticamente los focos de propagación de la
enfermedad, QUEMANDO
con
garantías los restos infectados, evitar
también los
contagios por medios externos, desinfectando las
herramientas:
tijeras de podar, motosierras, hachas, etc. (con lejía diluida
es suficiente).
EL
CIPRÉS DEL MONASTERIO DE LAS RR. MM. CLARISAS EN VILLAFRANCA
DEL
BIERZO (León)
8.1.-
ANTECEDENTES.-
Según las crónicas del convento, fue plantado por
Doña María de
Toledo hija de D. Pedro de Toledo, Quinto Marqués de
Villafranca y
Virrey de Nápoles en el año 1606. Actualmente las
dimensiones del
ciprés son notables, aproximadamente 1.60 m. de
diámetro por
48m. de altura. Se le estima pues una edad de 408 años y
desde entonces
ha sufrido acontecimientos de toda índole.
En el año 1990
se le detectó un ataque de
Seiridiumcardinale(posiblemente
muy antiguo),
junto
con un fuerte
ataque de áfidos
perforadores y coleópteros corticícolas sobre todo
curculiónidos.
El aspecto externo era preocupante, no solo por la gran
cantidad de
ramas y ramillas secas que tenía el árbol sino por las
secreciones
viscosas del tronco. Como era de esperar al detectarse una
fuerte población
de pulgones, paralelamente aumentaron las de hormigas
que como se
dijo, facilitaban la dispersión de las esporas.
8.2.-
TRATAMIENTOS QUÍMICOS PREVIOS.- Observados los daños
detenidamente
por el técnico que subscribe , se desplazó a Madrid
rápidamente para
ponerse en contacto con dos magníficos profesores: el
Dr. D.
NestorRomanyk, Ingeniero Jefe de la Sección de Equilibrios
Biológicos del
Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza
(ICONA), y el
Prof. Dr. D. Juan Ruíz de la Torre, Catedrático de Botánica
Forestal en la
Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes, después
de deliberar los
tres, se decidió el tratamiento a seguir consistente en
aplicar con
aparatos termonebulizadores los siguientes productos
punteros y
eficaces en aquella época, como así se demostró en los
cipreses del
Monasterio de La Rábida en Huelva.
KASUMIN.-
Bactericida fungicida sistémico. Polvo mojable para
pulverización,
preventivo y curativo de ataques de hongos. Muy efectivo.
LAICÓN.-
Fungicida sistémico, preventivo y curativo de ataques de hongos
de crecimiento
externo e interno. Polvo mojable para pulverización.
LAIDÁN.- Líquido
emulsionable indicado como un eficaz insecticidaaficida,
de función
polivalente y dotado de una fuerte acción penetrante.
Muy efectivo
para coleópteros barrenadores, pero sobre todo es
altamente
resolutivo para áfidos.
ABONO FOLIAR
–B-.- Del tipo 10-10-10, liquido para pulverización de
acción optima,
pasa a través del parénquima foliar y ramillos, ayuda al
máximo
crecimiento proporcionando vigor vegetativo al árbol y por tanto,
mayor
resistencia a los factores adversos.
DISPERSANTE
VK-2.- Muy eficaz para asegurar la mayor dispersión y
fijación de los
productos.
En el mes de
Julio del año 1990 se hizo el primer tratamiento con la
colaboración de
la Escuela de Capataces de Almázcara, operación sin duda
muy peligrosa y
complicada, en cuanto a los medios técnicos para
dispensar el
producto. Hay que hacer constar que el Presupuesto
estimado con
desglose de cada operación, se estimó en 90.431pts. Sin
embargo resultó
totalmente gratuito por las siguientes razones.
Informes,
determinación del patógeno en viajes a Madrid, tanto al
ICONA
como a la E.T.S. de Ingenieros de Montes, fue totalmente
desinteresada.
La
actuación de “Grúas Luna” en Ponferrada, suministrando un
vehículo
con cesta y puntal, fue también sin ánimo de lucro.
La
empresa de fertilizantes y afines LAINCO S.A. en 08191 Rubi
(Barcelona).donó
generosamente sus productos, teniendo en cuenta el fin
del
tratamiento.
La
Escuela de Capataces de Almázcara, que colaboró con alumnos y
aparatos
para dispersar los productos.
El
Restaurante “La Charola” en Villafranca del Bierzo, que asumió la
estancia
y manutención del técnico que suscribe, responsable del
tratamiento
generosamente.
A
todos ellos mi reconocimiento y agradecimiento por su
generosidad.
Como era de
esperar la recuperación del ciprés fue espectacular,
pues ese año la
floración y fructificación del árbol fueron óptimas. Sin
embargo en el
año 1992 se observó de nuevo marchitamiento de ramas,
con lo cual se
reanudaron los tratamientos con los productos sobrantes,
durante los
veranos de 1992 y 1994. No había consignación
presupuestaria y
no se podía abusar de los benefactores, con lo cual el
tratamiento fue
con chorro a alta presión en fuste y ramaje, desde una
carroceta
“Mercedes” de incendios forestales, destacada en Villafranca
del Bierzo.
Igualmente el Ingeniero Jefe del Servicio Territorial del Medio
Ambiente (ya
estábamos transferidos a la Comunidad Autónoma) en esos
años, nos dio
todas las facilidades para realizar el tratamiento, igualmente
el remedio se
notó en el árbol, poniendo entonces punto final al mismo
por falta de
medios.
Hay que
destacar, que los tratamientos efectuados fueron
estudiados
meticulosamente y con las máximas garantías, como es
preceptivo en
espolvoreos y atomizaciones de productos fitoquímicos, es
decir se pidió
permiso al Ayuntamiento, se buscó un día con altas
presiones y
calma atmosférica, a últimas horas del atardecer, para que no
hubiese ninguna
posibilidad de lluvia y no perjudicar por escorrentía, a los
propietarios de
cultivos aguas abajo y optimizar al máximo, unos
productos de los
cuales no íbamos a disponer en lo sucesivo.
Agotados los
productos químicos y poniendo punto final a un
asunto, del que
técnicamente no había solución y sin saber por qué
altamente
politizado, en
la actualidad se ocupa del tratamiento y profilaxis
del ciprés, la
empresa IMELSA de Valencia, desconociendo sus actuaciones
debido al
permiso directo del convento.
8.3.-
CONCLUSIONES .
8.3.1.- La
enfermedad del “cáncer del ciprés” por ahora, tiene muy pocas
posibilidades de
terminar satisfactoriamente, habrá que esperar el
resultado de
futuras investigaciones y obrar en consecuencia. Por ahora
las mejores
garantías, son las medidas preventivas para evitar el ataque
del hongo como:
-Plantación del
ciprés en ecosistemas análogos o parecidos al de su área
natural de
distribución.
-Profilaxis de
herramientas para uso en árboles que se sospeche que están
enfermos.
-Aplicación del
tratamiento en condiciones óptimas, nunca en días de
lluvia como
hemos visto en dos ocasiones, no solamente porque el
tratamiento no sirve
para nada, sino por respeto a los vecinos aguas
abajo.
-Máximo control
en plantas de vivero, desinfectando en todos los casos
gálbulos y
semillas.
-Reducir
drásticamente los riegos en el entorno del ciprés, para evitar
ataques
criptogámicos.
-Favorecer
siempre el vigor vegetativo del árbol.
8.3.2.- El caso
del ciprés del Monasterio de las Clarisas de Villafranca del
Bierzo a la
larga no tiene solución, en otras palabras en el transcurso de
algunos años
terminará desapareciendo por los siguientes motivos.
8.3.3.- Las
exigencias normales del CupressussempervirensL. son estas:
P.m.= (250-
300)mm.año
T.m.= (23-
25)ºC. al año
Sin embargo para
Villafranca del Bierzo tenemos los siguientes datos:
P.m.= (730-
750)mm.año.
T.m.= (12.6-
13.2)ºC. al año.
vemos pues que
al ciprés “le sobra” humedad y “le falta” temperatura
media al año, lo
cual se traduce en una falta de adaptación al ecosistema,
cuyo resultado
final es falta de vigor vegetativo y ataque por hongos
oportunistas.
Sin embargo con una longevidad tan dilatada como la del
ciprés, este
periodo de debilitamiento puede dilatarse mucho tiempo y
por esta razón
ha llegado a los 400 años de vida.
8.4.4.- Por otro
lado la ubicación y las agresiones al árbol han sido
importantes.
Está en una calle estrecha de Villafranca del Bierzo, en
dirección E-W,
lo cual quiere decir que los vientos de componente W (muy
frecuentes) se
canalizan y aumentan su velocidad, con el consiguiente
perjuicio para
la salud del árbol, igualmente al estar a pocos metros de
una fábrica de
conservas (actualmente parada), tampoco le favoreció el
estar muy cerca
de humos y efluentes industriales, producidos para la
elaboración de
sus productos.
8.4.5.- Para
rematar la situación, la caída de un murete de contención y la
colocación de un
depósito para la calefacción del Convento, hizo que se
sacrificasen
buena parte de las raíces, con lo cual la asimetría entre
sistema aéreo/
sistema radical es manifiesta, debilitándose el árbol y
perdiendo
estabilidad, solo hay que fijarse que está inclinado respecto a la
vertical del
terreno unos 15g.W, lo cual implica a la larga un peligro por su
derrumbamiento.
En otras palabras, a juicio del técnico que suscribe “es
milagroso” que
el ciprés siga viviendo. Sin embargo al ser un árbol notable
de la provincia
de León, no solo por su belleza, si no por su valor simbólico
en cuanto al
fervor mariano de la comunidad de religiosas y de la
comarca, merece
la pena su conservación, pero una conservación realista,
de mantenimiento
y puramente técnica, que incluya la vigilancia de la
estabilidad del
árbol para evitar desgracias, sin manipulaciones políticas ni
hacer concebir
falsas ilusiones de curación, a un tema que por ahora no
las tiene. No es
lícito distorsionar una realidad que está a la vista de todos.
8.4.-
ACTUACIONES FUTURAS.- El ciprés monumental del Monasterio de
Las Clarisas en
Villafranca del Bierzo provincia de León, debe conservarse
por sus valores
botánicos, étnicos, folklóricos y religiosos (el ciprés puede
catalogarse como
“bienes de la Iglesia”).
La institución
que proceda: Obispado de Astorga, Ayuntamiento de
Villafranca del
Bierzo, etc., deberá seguir un protocolo con la Junta de
Castilla y León
que es quien tiene las competencias fitosanitarias, a través
de sus Servicios
de Medio Ambiente, Agricultura y Cultura, para seguir el
tratamiento de
mantenimiento, que puede resumirse en aplicación de
fungicidas,
aficidas y vigorizantes foliares, el primer tratamiento sería en
primavera-
verano, el segundo en otoño. Es cierto que la altura del árbol
hace difícil el
tratamiento, pero la Junta de Castilla y León tiene sobrados
medios para
aplicarlos, desde helicópteros que les pueden sobrar horas al
final de la
campaña, a potentes motobombas, así como Guardería Forestal
muy cualificada
para llevarlo a cabo.
Con esto y
teniendo en cuenta el fin del ciprés, el coste sería
mínimo. Lo que
no puede consentirse tal y como están las cosas, es
abonar en el año
2004 un tratamiento de 4.500€ (748.737 pts.) y que en la
actualidad si
tenemos en cuenta el IPC, sería más del doble. Este
tratamiento
deberá hacerse siempre por Administración, y nunca por
“Asistencias
Técnicas” a empresas particulares.
9.-
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584
Madrid. Octubre
2014
Fdo.- Carlos
Manuel Romero Rodríguez
Catedrático de
Biología Vegetal
Ingeniero Técnico Forestal
Ingeniero Técnico Forestal